viernes, 15 de febrero de 2008

EL TRIBUTO A UN HEROE MEDIATICO...


Entrevista a Juan Sebastián Acosta.
Encontró la muerte a los 25 años, a manos de un
Borracho irresponsable.
A su familia y amigos que siente el dolor
De su partida injusta e inesperada.


Me declaro defensor
Por Maria Juliana Soto

Era medio día y ambos teníamos ganas de almorzar. En la frutería de la Universidad Javeriana a duras penas había una mesita metálica y fría, desocupada, como esperándonos. ¿Vas a almorzar? No, más tarde, gracias. La verdad era que frente a él yo me sentía el más malvado y depredador de los monstruos. Un jugo de mandarina, por favor. Sólo eso fui capaz de tomarme mientras conversábamos; A mi me das uno de estos, por favor, y señaló un sándwich café del mostrador. Nos sentamos y Sebastián comenzó a masticar rápidamente su sándwich de gluten para no demorar más el inicio de la entrevista. Y en un respiro me dijo que se alegraba de que hubiera escogido este tema para investigar. La emoción de sus grandes ojos, muy negros, me invitaba a comenzar.

-¿Eres vegetariano por salud o por qué estás a favor de la liberación animal?
-Por la liberación animal. Yo estoy en contra de cualquier acto que signifique maltrato a los animales.
-Pero hay muchas personas que lo hacen por tener una mejor salud, y cuidarse.
-Si, a mi me parece bueno, porque todo lo que pueda beneficiar a un animal, ya es un paso; hay gente que lo hace por salud, pero también sería bueno que conocieran el otro lado del vegetarianismo, porque realmente la gran mayoría de culturas que lo han manejado, por ejemplo la hindú, son culturas que llevan mucho tiempo dentro de ese cuento y se han metido es por la compasión hacia los animales y obviamente su calidad de vida es mucho mejor que la de cualquier otro pueblo. Además, estudios que se han hecho a estos pueblos sobre su alimentación, afirman que tienen mejor calidad de vida.
-¿Y que pasa en Occidente?
-Pues lo desean implementar en occidente pero es más por ese interés en mejorar la salud, que por la compasión hacia los animales.
-¿Y tu como llegaste a ser vegetariano?
-Realmente desde pequeñito mis papás siempre me inculcaron amor por los animales. Siempre, siempre. Y fui teniendo cuestionamientos acerca de la carne, pero no tenía unas fuentes que me dijeran todo esto. Pasaron algunos años y me vine a vivir a Cali, antes vivía en Villavicencio, y conocí la tauromaquia porque estaba de moda... cómo es que se llama...Cesar Rincón.
-¿Y en Villavicencio no es tan fuerte la tauromaquia?
-Pues no, no tanto como para que yo la conociera. Están las ganaderías, pero realmente el único contacto que yo tenía con ese mundo era la televisión.
-Pero esa es una región ganadera.
-Si, pero los mataderos no te muestra como matan una vaca. Entonces cuando llegué a Cali y vi cómo Rincón masacraba a los toros y los torturaba...siempre lo odié, toda la vida lo odié. Después de que pasó esta moda, me alejé un poco del movimiento, bueno de mi idea.
-Si, porque hasta ahí era sólo tu idea.-
-Si, entonces años más tarde leí algunos documentos anti-taurinos, pero no le di muchas vueltas al asunto. Sólo fue hasta hace cinco o seis años atrás que escuché una banda de Estados Unidos en la que todos los miembros son activistas de la Liberación Animal y veganos, o sea, no consumen ningún producto que venga de los animales, sea experimentado, en ropa o en alimento. Me prestaron un álbum de ellos, y vi un poco de gráficas, escritos, símbolos y no entendía; me metí a Internet a verlo en español porque no sé inglés y finalmente vi que hablaban sobre el veganismo, sobre todas las industrias que asesinan a los animales, lo que esto significa, los símbolos, y conocí el Frente de Liberación Animal, que es un grupo de acciones colectivas que hay en el mundo. A ellos los denominan “ecoterroristas”, pero son individuos o veganos que van a laboratorios de disección, o sea, donde experimentan con animales; ellos se los llevan y, por ejemplo, queman el lugar.
-Esta es una posición más extrema.
-Son más radicales, y esta banda hablaba sobre eso, y despertó aún más mi interés por investigar, y encontré grupos más pacifistas, todas las doctrinas en general e ideas sobre la Liberación Animal y me encantó, porque era lo que yo necesitaba; ese impulso.
-¿Y entre esos documentos cuál te impactó más?
-Un libro de Peter Singer, una obra que el hizo en 1975, Liberación Animal.- ¿La conoces?
-Si, he leído algunos apartes.
-Qué bueno. Ese libro me costó carísimo, porque no se conseguía en Cali, y me tocó mandarlo a pedir...!qué vaina encontrarlo!
-¿Y por qué tanto interés en esa obra específicamente?
-En otros documentos lo nombraban mucho, y se notaba que era un punto de referencia muy importante. Yo quería tenerlo.
-¿Y cuando por fin lo leíste qué pasó?
-Me gustó, pero no conocía a nadie que estuviera metido en el cuento.
-En esa época estabas en el colegio, ¿cómo reaccionaron tu familia y tus amigos ante tu posición?
-Para empezar lo más problemático fue en mi casa. Yo le dije a mi mamá : “me quiero volver vegetariano”, y ella: “cómo se le ocurre, qué va a hacer con las proteínas, yo lo alimento bien a usted, eso le va a dar una descompensación”, entonces le expliqué que habían alimentos que contienen proteínas, que los alimentos son fáciles de preparar, más económicos, hasta que a mi mamá le gustó el cuento y me apoyó; pero eso fue una pelea grandísima porque mi papá me decía que dejara de ser tan extremista, que las cosas no eran así, pero bueno después de pasar el primer nivel: mi casa, ya seguían el otro núcleo grande: el colegio. Al principio comía mal porque no vendían nada sin carne, entonces me la pasaba comiendo papas, aunque luego me cambié de colegio y allá andaba siempre con un tarrito con almendras, nueces, frutos secos, que es de donde uno más puede sacar la proteína.
-¿Pero en tu colegio no hiciste ninguna manifestación para que implementaran alimentos para vegetarianos?
-Lo que pasa es que en Alejandría, que fue mi último colegio, no había cafetería sino máquinas dispensadoras, y no había nada que hacer.
-¿Y tus amigos que decían?
- Cuando yo llegaba con mis cositas la gente me preguntaba por qué comía zanahoria, frutos secos, y yo les decía que era vegetariano y les echaba el cuento. A muchos les llamó la atención, aunque realmente ninguno se volvió vegetariano, todos lo conocieron, se dieron cuenta y fueron sensibles ante lo que les decía. Después conocí una fundación que se llama “Refugio Paraíso de la Mascota”, es un refugio que recoge gatos y perros de la calle y allí encontré un núcleo más cercano a lo que de pronto es la Liberación Animal, pero no en la parte teórica, donde uno puede sacar más ideas para concienciar a la gente, sino algo más práctico: ir a recoger los animales, darlos en adopción, crear sensibilidad. Y hace poco conocí un grupo de activistas que se llama Federación de Comités de Liberación Animal y ahí me he movido más.
-¿Qué hacen en un grupo como este?
-Hacemos foros, invitamos a las personas a que vayan y participen; proyectamos videos, informamos sobre lo que se esconde detrás de las industrias ganaderas, o de todos los productos que implican maltrato y tortura a los animales; hacemos protestas.
-¿Qué tipo de protestas?
- Por ejemplo en los circos, hemos estado generando resistencia, sentando precedentes de que hay gente en contra de estas instituciones, de este tipo de actividades, lucrativas a costa de la esclavitud de los animales en cautiverio. Nosotros mostramos pancartas, decimos consignas, más que todo para invitar a otra gente a que se una y generar resistencia.
-Alguna vez recibí un e-mail con información detallada y horrorosa sobre lo que le ocurría a un toro antes de salir al ruedo. ¿Tu crees que este tipo de mensajes y la resistencia que ustedes hacen, sirve para algo, si llega a alguna parte?
-En cuanto a esa información hay que tener en cuenta que muchas veces es exagerada. Por ejemplo ese correo que te llegó, tiene información verdadera sobre lo que le pasa al toro, pero no aclara que eso no ocurre en todas las plazas; sólo en las que no tienen tanto dinero. Pero en una plaza de toros como la de Cali, no se tortura a los animales antes de la corrida porque lo que a ellos les interesa es mostrar una corrida en la que haya mucho, mucho, peligro, para el torero, entonces esa disminución de fuerza del toro no la hacen. Pero volviendo al tema de los e-mails, si han funcionado mucho, incluso hace poco me mandaron, de un grupo de activistas argentinos con los que tengo contacto, un video, que luego enviaron a todo el mundo, donde se muestra cómo trabajan en China la peletería; es un zorrito que lo golpean contra el piso y cuando queda inconciente, le quitan la piel, estando aún vivo. Yo se lo he mostrado a mucha gente y a otros les llegó y comentan sobre lo horrible que es y se preguntan qué hay que hacer al respecto. Son fuentes que sirven, sobre todo para dar una introducción a la gente.
-¿Y esa “introducción” no es un tanto amarillista?, ¿no buscan ustedes generar impacto con imágenes realmente espantosas?
-Tanto como amarillistas no. A la hora de dar información, nosotros tratamos de ser lo más objetivos posible. Por ejemplo lo que te dije de la plaza de toros de Cañaveralejo.
Eso es lo que buscamos en nuestros grupos activistas, dar a conocer eso. No meterle a la gente la idea de los tipos malos, ni atacar a las industrias, sino que conozcan qué hay detrás de eso; ya es decisión propia si quieren continuar consumiendo carne o no, igual la ley los protege; sólo que conozcan qué pasa en estas industrias y se den cuenta que hay una opción de vida mejor, el vegetarianismo, en la cual no se esclaviza a nadie, la salud y la economía mejoran bastante, y no se contribuye con ese tipo de asesinatos.
-Y aparte del tema de los grupos activistas y tu participación en ellos, ¿qué experiencias cercanas has tenido con el maltrato a los animales?
-Cuando vivía en el Meta, si iba a las fincas pero me dejaban estar, obviamente, hasta cierto lugar; lo que si he visto es el hacinamiento en el que tienen a las gallinas en las galerías y granjas avícolas, a tal punto en que les cortan el pico para que no se maten a picotazos unas a otras por el estrés que les genera estar ahí.
-Las vacas también se enferman por el estrés de los viajes
Si, como hacen recorridos tan largos, se enferman hasta de los pulmones.
-¿Alguna vez has entrado a una planta de sacrificio?
-No, sólo conozco de estos lugares por la información que tengo de ellos. Sé que las vacas, antes de llegar al lugar en el que las van a asesinar, sienten el temor de la que está primero e intentan retroceder, pero con unas varas eléctricas las empujan hacia delante. En los videos que he visto se nota que ellas sienten todo el miedo y terror de ese lugar, el olor de la muerte.
-Hay quienes dicen que la carne queda impregnada de violencia, y que el que la consume, pues se come toda esa violencia.
-Estos argumentos son un poco más emocionales, pero yo también he escuchado eso: que la carne queda cargada de terror, odio, sufrimiento, y no sólo por lo que el animal haya sentido en el momento de su muerte, sino por lo que tiene el sitio.
-Si tu le preguntas a alguien si le parece bien que maten a los animales, seguramente responderá que no. Sin embargo la gente consume carne sin ningún remordimiento.
-Tienes razón. Lo más aterrador de todo es la gente que dice: “yo no estoy asesinando, yo simplemente compro la carne”, no se dan cuenta que les están dando la plata para seguir cometiendo estos crímenes. La gente maneja una lógica a corto plazo, te dicen que simplemente la compran, o la venden, no te dicen “yo simplemente hago parte de ese horrible círculo”. A mí me dicen que para qué soy vegetariano, si igual ya los mataron, que más bien aproveche la carne. Lo que pasa es que no se trata de aprovechar o no, se trata de no hacer parte de esa institución tan macabra.
-Tu hablabas ahora de ser vegetariano o vegano. Hay categorías dentro de la posición en contra del maltrato a los animales.-
-Si, hay que tomar opciones personales, o límites personales, porque incluso el vegetarianismo es una posición en contra de asesinar animales, pero ellos consumen productos derivados de los animales. Otra opción un poco más fuerte es el veganismo, es decir, no consumir ningún producto que venga del asesinato de un animal, ni derivados, ni que hayan sido experimentados con ellos. Otra opción más allá del veganismo es el frutarianismo, consiste en alimentarse únicamente de lo que las plantas producen, frutas, raíces y semillas; aunque si se analizas bien, las plantas también son vida y en ellas viven bacterias que son animales, entonces estarías comiendo animales. Por eso hay que tener claro en qué opción estás y por qué. Yo me declaro vegano, porque estoy en contra de la explotación, del maltrato y de ver a los animales como un instrumento. Estas son lógicas muy difíciles de seguir, sobre todo porque en América Latina, la Liberación Animal, no está tan difundida y las empresas, por ejemplo, no aclaran si sus productos fueron experimentados en animales. En Europa los mismos grupos de Liberación Animal, ponen sus sellos en los productos.
Lo que uno realmente debe buscar es reducir lo que más se pueda el sufrimiento. Ser vegano cien por ciento es para mí imposible, pero se trata de buscar conscientemente consumir cosas que no signifiquen el sufrimiento de un animal.
-Sé que además de la parte alimenticia, la posición de los vegetarianos o veganos, está ligada a muchas otras ideas políticas, religiosas.
-Si, el vegetarianismo tiene muchísimos anexos. Los anarquistas defienden la Liberación Animal, porque ellos están en contra de ejercer el control sobre las personas y sobre las especies. En la parte religiosa, están los Cristianos Originarios, que son una congregación de Inglaterra, fuertes activistas. Los Adventistas del Séptimo Día, aunque no todos son vegetarianos, dentro de su doctrina está el respeto a la vida de los animales.
-¿Y tu no haces parte de ningún grupo político o religioso en particular?
-No. La liberación Animal siempre ha estado enganchada tanto religiosa, como social y políticamente con muchas doctrinas, sobre todo con los oprimidos.

Ahora, tratando de mirarlo a los ojos y esperando una pregunta que no me había hecho, siento de nuevo una pena, antes inconcebida, en este reino del horror.
-¿Eres vegetariana?-
-No. Respondí mientras apagaba la grabadora y con un interés extraño y sin sentido fijaba mis ojos en ella. No dijo nada. Y yo pensaba en el mensaje del pin que tenía prendido a su gorra café: “Ya no te alimentes con su sangre”.